Es lógico pensar que ahora que se acerca el invierno, es cuando más conviene o más justificado resulta el uso del rodillo. Obviamente, las bajas temperaturas y las pocas horas de luz del invierno obligan en cierta manera a buscar alternativas como el rodillo si quieres seguir entrenando y no descuidar la forma física. De todas formas, y a pesar de la mala fama que tiene, entrenar sobre un rodillo es una de las maneras más eficaces que existen para trabajar tu condición física, si no la que más. Especialmente cuando queremos trabajar con intensidad. Por eso, hemos querido ofreceros este artículo. En esta época es cuando muchos de los bikers que prestan atención y esfuerzos a su preparación física comienzan a intensificar sus entrenamientos pensando en la temporada de marchas o competiciones que se aproximan, y ahí el rodillo puede ser clave si además tienes poco tiempo para dedicar a tus entrenamientos.
Rompiendo con mitos
Todavía hoy en día algunos siguen viendo el rodillo como una auténtico potro de tortura, y efectivamente lo es si nos limitamos a dar pedales sobre él mirando simplemente a la pared del salón. Sin embargo, con un uso lógico es mucho más ameno de lo que muchos pueden imaginar. Incluso algunos fabricantes ofrecen ya rodillos inteligentes, con infinidad de funcionalidades interactivas con el PC que programan y aplican entrenamientos y permiten entrenar online con otros usuarios, como si de un videojuego se tratase.
Cuestiones tecnológicas aparte, podemos aprovechar el rodillo como una excelente herramienta de entrenamiento gracias a que se optimiza el tiempo al máximo. Cuando estamos sobre él no dejamos nunca de pedalear, no nos encontramos tráfico ni bajadas ni ninguna otra situación que nos obligue o invite a dejar de pedalear. El tiempo que pasamos encima del rodillo, por tanto, es tiempo efectivo de pedaleo, cosa que difícilmente ocurre sobre una bici al aire libre. Si además de esto, somos capaces de planificar nuestras sesiones planteándonos cambios de ritmo, fases de diferente intensidad o cadencia, el tiempo sobre el rodillo transcurre mucho más rápido y el entrenamiento se vuelve más ameno además de efectivo.
Combinación perfecta
En épocas en las que se aproximan marchas o competiciones en las que tenemos pensado participar, es ideal combinar sesiones indoor, en rodillo, en las que trabajamos a elevada intensidad, con las outdoor, al aire libre, en las que podemos centrar el trabajo sobre el fondo o la resistencia aeróbica a base de rodajes largos y de ritmos más o menos constantes. De esta manera, entre semana, y más todavía si vas algo justo de tiempo, el trabajo en rodillo es perfecto para hacer dos o tres sesiones de calidad mientras dejas el fin de semana, cuando más tiempo se suele tener, para hacer entrenamientos largos.
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