Los frenos son el único remedio que tenemos para frenar nuestras bajadas.
Para que la seguridad no falte y para que no tengamos que acabar todas nuestras salidas en hospitales, debemos ir revisando los frenos cada cierto tiempo.
Para que la seguridad no falte y para que no tengamos que acabar todas nuestras salidas en hospitales, debemos ir revisando los frenos cada cierto tiempo.
Los frenos necesitan que el sangrado esté bien, que los pistones cumplan su trabajo correctamente, que el disco no esté gastado, ni las pastillas.
De todo el conjunto, las pastillas son el componente que mas rápido se desgasta. Para saber si están bien, hace falta mirar si queda ferodo entre el soporte de las mismas y el disco.
En el caso de que hagan mucho ruido, que los pistones estén muy salidos o que el tacto de la maneta no sea igual que siempre, necesitamos cambiarlas.
De todo el conjunto, las pastillas son el componente que mas rápido se desgasta. Para saber si están bien, hace falta mirar si queda ferodo entre el soporte de las mismas y el disco.
En el caso de que hagan mucho ruido, que los pistones estén muy salidos o que el tacto de la maneta no sea igual que siempre, necesitamos cambiarlas.
Y hoy os explicaré cómo.
1. EL PRIMER PASO A REALIZAR ES SIN DUDA QUITAR LA RUEDA.
En este caso será la trasera. Utilizaremos una llave para poder aflojar el pasador de las pastillas, presente en la pinza de freno.
Con el pasador fuera, seguimos extrayendo las pastillas de su alojamiento.
2. CON LA PINZA VACÍA.
Nos dirigimos a la maneta de freno, y controlando que no se salgan demasiado los pistones, procederemos a frenar un par de veces con mucho cuidado.
Siempre que apretemos el freno, estaremos controlando la pinza. En seguida, con la ayuda de un palito para limpiar las orejas, limpiaremos los pistones; si es necesario, usaremos un poco de alcohol.
Siempre que apretemos el freno, estaremos controlando la pinza. En seguida, con la ayuda de un palito para limpiar las orejas, limpiaremos los pistones; si es necesario, usaremos un poco de alcohol.
3. CON LOS PISTONES YA LIMPIOS.
Se pueden lubricar usando un poco de grasa de pistones de frenos.
Luego utilizaremos el colocador de pastillas o un destornillador plano bastante grande para poder volver a dejar en su sitio los pistones.
Con un papel se limpiará toda la grasa que sobra dentro de la pinza para que no contamine las pastillas nuevas.
Luego utilizaremos el colocador de pastillas o un destornillador plano bastante grande para poder volver a dejar en su sitio los pistones.
Con un papel se limpiará toda la grasa que sobra dentro de la pinza para que no contamine las pastillas nuevas.
4. LA PINZA ESTÁ LISTA PARA RECIBIR LAS PASTILLAS NUEVAS.
Las vamos a colocar igual que las quitamos, prestando atención a las letras R y L, en caso de que las lleven.
Pondremos el pasador que las asegura y lo apretaremos sin usar mucha fuerza.
Pondremos el pasador que las asegura y lo apretaremos sin usar mucha fuerza.
5. COLOCAREMOS LA RUEDA EN SU SITIO.
Pondremos la bici en el suelo para que el peso ayude a la rueda a colocarse en su alojamiento correcto, y volveremos a levantar la rueda para poder centrar la pinza. Usaremos una llave allen para colocar la pinza en la posición correcta.
6. LAS PASTILLAS NO TIENEN QUE TOCAR EL DISCO.
Tiene que entrar un poco de luz en cada lado del disco.
Para comprobarlo se da la vuelta a la rueda y se escucha si hay roce. Una manera muy fácil para posicionarla es aflojar los dos tornillos que sujetan la pinza, apretar el freno y los tornillos. Si tenemos suerte, no habrá ruido cuando hagamos girar la rueda; si lo hay, deberemos buscar el microajuste.
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